Los restos de la evolución: el antropólogo nos dijo cuántos órganos innecesarios hay en nosotros

Nuestro cuerpo es un mundo emocionante lleno de secretos y descubrimientos. Y parece un museo vivo de ciencias naturales, donde se conserva mucha evidencia de cómo sucedió exactamente la evolución. Gracias a la bella Dorse Amir, una maestra que estudia antropología evolutiva en la Universidad de Boston, podemos aprender muchas cosas interesantes sobre nuestros cuerpos. La niña comparte notas interesantes en su página en las redes sociales. Entre ellos, puede encontrar mucha información sobre los rudimentos, los restos de la evolución, que está lleno de nuestro cuerpo, pero ni siquiera lo sabemos.

Músculo palmar

Nuestros antepasados ​​necesitaban este rudimento para trepar a los árboles, y ahora algunas personas ya lo tienen. Pero muchos todavía lo tienen. Para encontrarlo, simplemente coloque su mano sobre la mesa y conecte el dedo meñique con el pulgar.

Tubérculo de Darwin

Hasta ese momento, cuando teníamos cuellos bien móviles, este rudimento era necesario para mover nuestros oídos.

El coxis es un rudimento que muchos probablemente sepan

Pliegue lunar

Un pequeño pliegue en la esquina del ojo representa los restos de un rudimento, es decir, el siglo III.

Piel de gallina

La piel de gallina, al levantar pelos en el cuerpo, en tiempos anteriores ayudó a mantener el calor cuando hacía frío, y parecía más grande cuando experimentamos miedo.

El reflejo primitivo en los bebés también nos llegó de los primates.

Y todo esto está lejos de ser la única evidencia de la evolución. Los rudimentos también son muelas del juicio, apéndice e incluso pezones en los hombres.

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