Uno por dos: por culpa de China, el río Amur se ha convertido en una zona de desastre ambiental

En los tramos superior e inferior, el río Amur, que fluye en el Lejano Oriente de Rusia, sirve como la frontera estatal entre nuestro país y China. La posición fronteriza, así como el hecho de que los afluentes de los ríos se encuentran en el territorio de un estado vecino, causó un desastroso estado ecológico del río más grande de nuestro país.

La cuenca del río Amur se encuentra en el territorio de dos estados: Rusia y China. En el otro lado de la frontera hay un número incomparablemente mayor de asentamientos que contribuyen a la contaminación del río. Las aguas residuales de las ciudades chinas pobladas y las descargas incontroladas de empresas industriales a los afluentes del río Amur han generado preocupaciones ambientales en el río.

La legislación ambiental de China está al comienzo de su desarrollo. La economía en rápido desarrollo y el rápido crecimiento de la población requieren la creación de más y más empresas y empleos industriales. En este contexto, la lucha por un medio ambiente limpio va al segundo plan, si no al tercero. A este respecto, a China no le importa mucho lo que le sucede al río Sungari y al río Amur, especialmente si está ubicado aguas abajo de sus propias ciudades.

Ciudades chinas tan grandes como Harbin, Qiqihar, Jiamusi y otras descargan sus aguas residuales en Sungari (el afluente correcto de Amur). Junto con una población multimillonaria, estas ciudades han desarrollado la industria. Cada año en el río Amur, se registran excesos del contenido de sustancias contaminantes, como nitratos, fenoles, productos derivados del petróleo, así como un alto nivel de contaminación microbiológica. A menudo, el contenido de fenoles y compuestos de nitrógeno excede la concentración máxima permitida en 3-5 veces, y algunas veces más. Es ampliamente conocido que en noviembre de 2005 una planta química en una de las ciudades de China descargó sustancias tóxicas en el río Sungari. Una gran mancha de nitrobenceno y otros contaminantes llegó a Amur y fue registrada por expertos rusos. Casos similares pero más pequeños ocurren anualmente en el río Amur.

Desafortunadamente, actualmente no hay salida de esta situación. La imperfección de la legislación ambiental internacional convierte a los países aguas abajo en rehenes de sus vecinos deshonestos. Y situaciones similares no son infrecuentes en otras regiones del planeta.

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